El Templo del Odio - Capítulo 1


"Sólo trataba de volver como un día normal de mi trabajo. Había estado investigando haber si encontraba algo sobre los del "Templo del Odio" sin ningún resultado. Abrumado, entré a mi casa, encontrándola sorpresivamente abierta y forzada la puerta, por supuesto. Subí las escaleras muy preocupado, y por qué no decirlo, asustado. Encontré a un hombre traginando un closet en mi habitación.
-¡Hey, que está haciendo!
-Lo siento amigo, pero necesito encontrar algo.
-Nada encontrará aquí- y con esto simplemente le di un puntapié en la barbilla.
Él, a su vez, respondió con golpe ciego y al terminar de esquivarlo le atizé nuevamente con la punta del zapato a las costillas. Salió corriendo. Pude ver en su espalda una estrella de ocho puntas... el símbolo de los del "Templo del Odio". Acabronado, me eché a dormir..."
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La ciudad. La ciudad. Tal vez querrán que la describa, tal vez no. Bueno, en realidad lo haré de todas formas.
Altos edificios, enormes, calles deterioradas. 68.900.465.700 kilómetros cuadrados destacan en un verdadero desierto. Siempre hemos creído que la guerra es lo que distingue a ese peladero, aunque nunca ha abido nada allí. Respecto al nombre, la llaman "Ciudad Central". Hay lugares con vegetación, pero qué va. Hay unos pozos que dicen estar "Embrujados" y por eso nadie ha estado allí.
La ciudad ha sido atacada recientemente por una ola de crímenes que ha afectado a casi todas las personas de la ciudad. Hay un hombre que investiga todo esto...
-Ea, Gutu, por qué no vienes acá y me cuentas de qué va tu trabajo, ¿eh?
-Llámame Gutiérrez o Damián, idiota. Estoy reporteando sobre la ola de crímenes que le han llegado al centro.
El centro es la Ciudad Central. El nombre de este hombre que investiga es Damián Gutiérrez. Más que reportero, parece físicoculturista peso-pluma pero a la vez tiene una agilidad parecida a "Bruce Lee".
-¿Ah? Me han dicho que esta ola de crímenes se refiere a una especie de hermandad que hace tributo al diablo y no sé qué historias, todo caca
-No es caca, es cierto. Ahora, no sé si tendrán bestias, yo sólo he visto personas. El tema es que tienes que abrir bien los ojos para saber de dónde salen estos imbéciles.
-Cálmate, Gut... eeh Damián, estás demasiado ajetreado. Tómate una cerveza bien fría y acompáñame a la soledad.
-Estás loco. Debo irme a casa. Nos vemos...
-¡Adiós!
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"Bueno, por lo menos me libré de ese idiota antes de que me hicierla pegarle, saldré a dar una vuelta, a ver si algo obtengo por ahí..."
 
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